Aquí estamos de nuevo, damas y caballeros, lectores de este blog, con otro post de nuestra querida serie, Supernatural.
Parece que fue ayer cuando empezamos con esta novena temporada, pero no, ya estamos en el séptimo capitulo y nuestros protagonistas nos lo recuerdan haciendo un pequeño salto al pasado.
En este caso a los recuerdos de Dean y sus inicios en la adolescencia.
Así pues no nos encontraremos demonios peligrosos, ni ángeles despiadados, no sale Cass, ni Crowley, simplemente tenemos a nuestros dos queridos chicos reviviendo un momento de su pasado.
Así pues, volvamos a los orígenes de esta espectacular serie con este capitulo
9x07: Bad Boys
El capitulo empieza con un momento de terror, pero no porque hayan monstruos, si no porque parece que la trama va a volver a girar hacia los mundos de Oz cuando Sam agarra dicho libro de la estantería y se sienta a leerlo. Por suerte el momento de temor pasa cuando el teléfono de Dean suena. Los chicos tienen una misión, una que se centra en el pasado del hermano mayor y de la que Sam no tiene ni idea.
Pues resulta que en una de las misiones en las que fueron con su padre, Dean se metió en lios por robar en un supermercado un poco de comida, seguramente para Sam, así que el papa Winchester, en lugar de ir a buscarlo y cuidar de el, decidió que lo quedara la policía y lo metieran en una casa de acogida. Si, John Winchester no era demasiado buen padre. Para no asustar al benjamín, lo llevaron con Bobby y le dijeron que estaban de caza. Así permaneció la historia hasta el día de hoy.
Pero hoy es el día en que las cosas cambian, ya que al otro lado del teléfono de Dean, está el hombre que se encargo de mantenerlo durante los dos meses en el reformatorio, Sonny, con quien Dean a ido manteniendo contacto y el que asegura que en su casa hay algo turbio.
Y tan turbio, al llegar los chicos se encuentran con una persona muerta, empalada por un viejo tractor, un espíritu deambulando por la casa que va haciendo fechorías, y para que negarlo, un niño llamado Timmy, que tiene mala cara, ojeras, y es espeluznante.
Es en esta casa donde re-descubrimos el pasado de nuestro querido Winchester, dos meses parecen poco para un adulto, pero para el joven Dean, fueron casi una vida en la que se apunto a competiciones de pelea, asistía a clase, hizo amigos, y dio su primer beso. Si todo muy adolescente enamorado, re-descubriendo su sueño y dándose cuenta de que esa nueva vida le hacia feliz.
Pero el tiempo pasa, y la vuelta al pueblecito donde fue feliz no es tal y como el esperaba. La chica que fue su primer amor aun estaba allí, trabajando en el bar que ahora es suyo, dando clases de guitarra a los chicos del reformatorio, y con el corazón dolido porque Dean se marchó.
A su vez, tampoco recordaba que el fantasma suelto dentro de la casa de los chicos se dedicara a matar a personas y a mutilar a niños, por lo que los bonitos recuerdos pasan a segundo plano, y los protagonistas se centran en buscar al fantasma.
Por suerte, Sam está mas centrado que su hermano, el cual está un poco en la parra por eso de los recuerdos, y encuentra un escondite secreto de uno de los niños, donde facilita la resolución del caso, y es que lo a pintado todo en la pared como si de un cómic se tratara. Así pues, misterio resuelto!
Timmy el pequeño niño escalofriante es el que tiene alrededor al fantasma, que resulta que es su madre, la cual falleció en un accidente de coche que sufrieron ambos, ella le salvó la vida, y ahora permanece como espíritu a su alrededor, dañando a todos aquellos que le hagan daño a su hijo, aunque sea por un empujón o una regañina al no hacer los deberes.
Sin embargo cuando lo descubren no es que estén en una muy buena situación, la chica de Dean se encuentra en la casa, así como el niño, Sam y el espíritu, el cual se manifiesta y empieza a hacer el gamberro por toda la casa. Por suerte, Dean salva la situación utilizando la psicología, quien diría que eso es posible, pero si, el pequeño Timmy solo tenia que decirle a su madre que dejara de hacer daño a la gente y que el ya era mayor y no hacia falta que se quedara.
Así pues, los chicos se deshacen del fantasma, Timmy vuelve a ser un niño normal, y la novieta de Dean descubre porque le dejo en la estacada.
El final, muy emotivo, nos revela a un hermano mayor protegiendo siempre al pequeño, tal y como siempre han sido las cosas.
Parece que fue ayer cuando empezamos con esta novena temporada, pero no, ya estamos en el séptimo capitulo y nuestros protagonistas nos lo recuerdan haciendo un pequeño salto al pasado.
En este caso a los recuerdos de Dean y sus inicios en la adolescencia.
Así pues no nos encontraremos demonios peligrosos, ni ángeles despiadados, no sale Cass, ni Crowley, simplemente tenemos a nuestros dos queridos chicos reviviendo un momento de su pasado.
Así pues, volvamos a los orígenes de esta espectacular serie con este capitulo
9x07: Bad Boys
El capitulo empieza con un momento de terror, pero no porque hayan monstruos, si no porque parece que la trama va a volver a girar hacia los mundos de Oz cuando Sam agarra dicho libro de la estantería y se sienta a leerlo. Por suerte el momento de temor pasa cuando el teléfono de Dean suena. Los chicos tienen una misión, una que se centra en el pasado del hermano mayor y de la que Sam no tiene ni idea.
Pues resulta que en una de las misiones en las que fueron con su padre, Dean se metió en lios por robar en un supermercado un poco de comida, seguramente para Sam, así que el papa Winchester, en lugar de ir a buscarlo y cuidar de el, decidió que lo quedara la policía y lo metieran en una casa de acogida. Si, John Winchester no era demasiado buen padre. Para no asustar al benjamín, lo llevaron con Bobby y le dijeron que estaban de caza. Así permaneció la historia hasta el día de hoy.
Pero hoy es el día en que las cosas cambian, ya que al otro lado del teléfono de Dean, está el hombre que se encargo de mantenerlo durante los dos meses en el reformatorio, Sonny, con quien Dean a ido manteniendo contacto y el que asegura que en su casa hay algo turbio.
Y tan turbio, al llegar los chicos se encuentran con una persona muerta, empalada por un viejo tractor, un espíritu deambulando por la casa que va haciendo fechorías, y para que negarlo, un niño llamado Timmy, que tiene mala cara, ojeras, y es espeluznante.
Es en esta casa donde re-descubrimos el pasado de nuestro querido Winchester, dos meses parecen poco para un adulto, pero para el joven Dean, fueron casi una vida en la que se apunto a competiciones de pelea, asistía a clase, hizo amigos, y dio su primer beso. Si todo muy adolescente enamorado, re-descubriendo su sueño y dándose cuenta de que esa nueva vida le hacia feliz.
Pero el tiempo pasa, y la vuelta al pueblecito donde fue feliz no es tal y como el esperaba. La chica que fue su primer amor aun estaba allí, trabajando en el bar que ahora es suyo, dando clases de guitarra a los chicos del reformatorio, y con el corazón dolido porque Dean se marchó.
A su vez, tampoco recordaba que el fantasma suelto dentro de la casa de los chicos se dedicara a matar a personas y a mutilar a niños, por lo que los bonitos recuerdos pasan a segundo plano, y los protagonistas se centran en buscar al fantasma.
Por suerte, Sam está mas centrado que su hermano, el cual está un poco en la parra por eso de los recuerdos, y encuentra un escondite secreto de uno de los niños, donde facilita la resolución del caso, y es que lo a pintado todo en la pared como si de un cómic se tratara. Así pues, misterio resuelto!
Sin embargo cuando lo descubren no es que estén en una muy buena situación, la chica de Dean se encuentra en la casa, así como el niño, Sam y el espíritu, el cual se manifiesta y empieza a hacer el gamberro por toda la casa. Por suerte, Dean salva la situación utilizando la psicología, quien diría que eso es posible, pero si, el pequeño Timmy solo tenia que decirle a su madre que dejara de hacer daño a la gente y que el ya era mayor y no hacia falta que se quedara.
Así pues, los chicos se deshacen del fantasma, Timmy vuelve a ser un niño normal, y la novieta de Dean descubre porque le dejo en la estacada.
El final, muy emotivo, nos revela a un hermano mayor protegiendo siempre al pequeño, tal y como siempre han sido las cosas.