Con esta novela nos encontramos con varios regresos importantes a la cabecera; por un lado tenemos al gran Graham McNeill a cargo de la misma, quién entre otras entregas nos ofreció el segundo libro Falsos Dioses, sin lugar a dudas una de las novelas que convirtieron a esta saga en lo que es ahora mismo.
Por el otro tal y como indica su título, regresamos a bordo de la nave de clase Gloriana Espíritu Vengativo, volviendo con ello el protagonismo al ser que le da nombre a este evento y a quién hace ya bastantes novelas, solo le vemos casualmente manipulando los sucesos: el primarca caído Horus, quién regresa rodeado del resto de sus Hijos de Horus, como el carismático Abaddon o Horus Aximand.
Y el último regreso, y probablemente el más importante, es el del protagonista de la primera trilogía: Loken, astartes e hijo traicionado de la legión de Horus y actual miembro de los Knight Errant, ¡Casi nada!
Timun Mas continúa de esta forma con su imparable ritmo de publicación, sumando además desde el pasado 23 de mayo la entrega 30,
La Condenación de Pythos.
Una cifra nada despreciable de volúmenes los que ya tiene a sus espaldas en su carrera por atrapar a la colección británica, que a estas alturas ya suma la friolera de 41 libros.
#29: ESPÍRITU COMBATIVO |
Horus Lupercal |
Tras haber recibido toda una serie de entregas que giraban en torno a los sucesos acaecidos en la
Cruzada de las Sombras contra los Quinientos Mundos en el reino de
Ultramar, la acción abandona ese sector para devolvernos a los
Hijos de Horus, una legión a la que llevamos viendo aparecer esporádicamente desde hace varios libros sin llegar ha hacer nada demasiado trascendental, a pesar de ser el engranaje central de toda la Herejía.
Y con ello nos encontramos con un libro que se vuelve simplemente esencial para comprender en buena parte el trasfondo del
Emperador de la Humanidad y, por otro lado, todas las batallas que están por venir a continuación.
Nuestra historia da inicio cuando
Horus Lupercal se reúne con sus hermanos
Mortarion y un transfigurado
Fulgrim para plantearles una simple cuestión: ellos, como Primarcas, poseen unas memoria eidética. Sin embargo, años atrás, todos ellos visitaron junto al
Emperador el mundo de
Molech y sus recuerdos de dicha visita, son poco más que una neblina sin detalles concretos. Tras llevar a cabo allí unas acciones que son incapaces de recordar, abandonaron un mundo que no había presentado ninguna resistencia con una dotación defensiva absurdamente gigante.
¿Por qué defender tanto un mundo pacífico y sin interés?
¿Por qué no son capaces de recordar que sucedió durante su estancia en aquel lugar?
Lupercal sabe que algo esconde allí su lejano padre. Algo que fue lo que le otorgo su estatus como Dios y qué, si él planea derrotarlo, debe obtener para si mismo. Para derrotar a un Dios,
necesita ser un Dios.
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Cruor Angelus |
Con esto en mente, los tres Primarcas unen sus fuerzas y parten para subyugar
Molech, con Horus al mando de su nueva
Mournival, formada por el agresivo
Abbadon,
Pequeño Horus (Horus Aximand),
Falkus Kibre el hacedor de viudas y
Grael Noctua.
En este punto nos damos cuenta de que en esta novela convergen toda una serie de historias que han ido sucediendo a lo largo de novelas anteriores y que encuentran aquí su punto de inflexión.
Este es el caso por ejemplo del
Cruor Angelus, también conocido como
El Ángel Rojo, a cuya creación pudimos asistir en la novela Signus Prime y que desempeñará un importante papel.
También asistimos al regreso de
Ignatus Grulgor, ahora como un monstruo de la
Death Guard que posee el poder del
Devorador de Vidas; ser demoníaco que se suma a la batalla al igual que los
Luperci, astartes poseídos de los Hijos de Horus.
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Imperial Knight |
Y no menos importante tomar nota del estado del rostro de
Horus Aximand, fruto de una batalla contra unos
Cicatrices Blancas a la que asistimos en el cuento
Pequeño Horus.
Dejando de lado todos estos detalles tenidos en cuenta en la novela, los cuales adoramos los seguidores, acompañaremos a los
Sons of Horus y la
Death Guard en una sangrienta y sucia campaña sobre
Molech que no les saldrá barata. Persiguiendo las ambiciones de Horus, sus hijos se meterán en una ratonera y un circulo de masacre bastante importante a través de una batalla realmente dura de ganar en la que encontraremos desde Imperial Guard a
Titan Imperators, incluyendo
Ultramarines y
Blood Angels.
Pero sin duda por el lado de
Molech lo más destacable es la presencia de
Imperial Knights y varias casas nobles que los tripulan, entre las cuales destaca con diferencia la casa
Devine, cuya corrupción interna es tan intensa que se nos quedarán los ojos como platos.
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Knights Errant |
Mientras tiene lugar esta debacle, encontramos otro eje argumental paralelo protagonizado por los
Knights Errant, capitaneados por
Loken tras haberse recuperado de su crisis de identidad como Cerberus pero aun con graves secuelas mentales debido a todo lo sufrido en
Istvaan III. Bajo su mando encontraremos por supuesto a
Iacton Qruze y a toda una serie de guerreros Astartes cuyos huesos han terminado a parar en el peculiar grupo de Malcador.
Entre ellos destaca
Severian, el Lobo Lunar a quién ya conocimos en
Los Muertos Exiliados y que, sin duda, es uno de los mejores personajes del libro.
Todos ellos serán encomendados por
Malcador y el primarca
Leman Russ con una misión sin retorno: infiltrarse en la
Espiritu Vengativo y preparar el camino para el hacha de los Lobos Espaciales, que pretenden poner fin de una vez por todas a las ambiciones de Horus.
Casi nada.
Con estos potentes incentivos da inicio una novela cuyas repercusiones sacudirán de arriba a abajo toda la Herejía de Horus tal y como la conocemos.