Hoy volvemos con otra review literaria, en este caso de la mano de Satori Ficcion, que muy amablemente nos han cedido dos ejemplares de sus novedades de noviembre. Hoy haremos el review de uno de ellos, en concreto de la recopilación de cuento de terror japonés llamado En el bosque bajo los cerezos en flor.
Esta espectacular obra en formato de rustica, nos presenta tres historias cortas, la primera, que pone nombre al libro, es En el bosque bajo los cerezos en flor, el segundo relato se titula La Princesa Yonaga y Mimio, y finalmente, el ultimo es El Gran Consejero Murasaki.
Estos tres cuentos tienen en común el terror asiático, bello y misterioso, que perdura en el imaginario japonés y que por mucho que nosotros, los Europeos, intentemos entenderlo, siempre lo recibiremos con temor y respeto.
Así pues, empezaremos hablando del autor tras las historias, Ango Sakaguchi, escritor y ensayista japonés nacido en Niigata (1909-1955) fue miembro de la “generación de la decadencia” y formó parte de un movimiento literario muy centrado en el género fantástico, de misterio y terror, con tintes eróticos e inspiración de la bohemia francesa. Aunque en España hasta ahora poco se conocía a este autor y su obra, “En el bosque, bajo los cerezos en flor” es una historia muy conocida en Japón, donde fue llevada al cine en 1975 por Shinoda Masahiro y que tiene también una versión anime dentro de la serie Aoi Bungaku.
La tres historias que presenta el autor, están unidas por un hilo conductor femenino, una Femme Fatale con diferentes rostros y diferentes historias, pero todas misteriosas y inquietantes, tanto que hacen de su inocencia y su belleza algo oscuro y terrorífico.
En el primer relato, En el bosque bajo los cerezos en flor, nos encontramos ante un bandido que vive en las montañas y que en uno de sus ataques acaba prendado de los encantos de una bella mujer, a la que se lleva consigo para hacerla su esposa. Ella es bella, y terrorífica, y acabará manipulando al hombre a su antojo, viéndose sumido en las demandas grotescas de su bella mujer.
Es a raíz de este cuento, que la portada destaca con una espectacular ilustración de Takato Yamamoto, pues narra en imágenes la esencia de dicho cuento. El titulo de la recopilación también viene dado por este cuento, ya que, a diferencia de lo que muchos creemos, los cerezos en flor, aunque bellos cuando están llenos de gente que se ríe y disfruta bajo sus ramas, cuando están vacíos se transforman en un portal para aquello que no vemos y que reside mas allá de nuestro entendimiento.
Ese subconsciente terror que aflora cuando nos encontramos solos en casa, o cuando un ruido suena de imprevisto, es lo que los cerezos vacíos de sonidos y personas, representan.
El segundo relato, titulado La Princesa Yonaga y Mimio, nos ofrece una cara distinta de el terror, aquel bello y inalcanzable que solo se muestra cuando se consigue plasmar en una obra de arte.Y sobre arte es lo que trata este relato, sobre un joven escultor llamado Mimio, que es enviado a casa del señor Yonaga para esculpir un buda para el aniversario de su hija, la princesa. Ella, también muy bella, esconde otro secreto que solo los ojos sinceros de Mimio lograrán descifrar, sin embargo, una vez descubierta la verdadera cara de la princesa, el escultor ya no podrá olvidarla y le llevará a la locura.
Este relato, aunque menos grotesco y mas poético, se destaca por mostrar mas al personaje masculino y narrarnos como su mente se retuerce bajo la influencia que la imagen de la princesa ofrece en su mente, que no por los actos de la propia Femme Fatale.
Al ser el que menos elementos bellos tiene en su descripción, es el que pasa mas desapercibido, ya que el contraste entre los grotesco y la belleza se hace menos visual. Sin embargo sigue siendo terrorífico y cruel.
Finalmente nos encontramos ante el ultimo de los cuentos, El Gran Consejero Murasaki. Este relato es el que mas se distancia de los anteriores, ya que la Femme Fatal no lo es tal, o no conscientemente, son sus encantos y sus suspiros lo que atrae a los hombres, y pese a que ella no lo quiera, genera una onda de destrucción. El protagonista no es otro que el Consejero Murasaki, un hombre mayor, libidinoso y rico que se cree con el poder para hacer lo que le venga en gana. Un día, se encuentra con una doncella preciosa y esbelta, ser mágico de la mitología japonesa que no puede volver a su mundo porque a perdido algo en el de los humanos. El hombre decide retener a la joven contra su voluntad, y cae presa de su belleza en una espiral que le hará auto destruirse.
La magia de este cuento radica en que la bella mujer no sabe que ejerce tal control sobre el hombre solo con su presencia, o peor aun, solo con su recuerdo. Es la inocencia de la dama y el desasosiego en que el consejero queda sumido, lo que hace de este mi favorito.
Es el que menos escenas de gore tiene, y el que mas se recrea en la mitología japonesa, creando un ritmo ágil y místico que lo envuelve de principio a fin.
En definitiva, este libro es una obra de terror que mezcla lo onírico y el subconsciente del lector, y en el que aunque sus lineas estén llenas de crueles monstruos, humanos atroces y misterios sobrenaturales, nos atrapa y nos atrae hacia una espiral de destrucción llena de belleza y magia.
Con un lenguaje típico de los años 40, pero con una imaginación atemporal, Ango Sakaguchi se cuela en nuestro subconsciente y en nuestras librerías, dejándonos un resquicio de dudas y temor hacia todo aquello que es bello, ya que en toda belleza siempre hay algún monstruo esperando.
Esta espectacular obra en formato de rustica, nos presenta tres historias cortas, la primera, que pone nombre al libro, es En el bosque bajo los cerezos en flor, el segundo relato se titula La Princesa Yonaga y Mimio, y finalmente, el ultimo es El Gran Consejero Murasaki.
Estos tres cuentos tienen en común el terror asiático, bello y misterioso, que perdura en el imaginario japonés y que por mucho que nosotros, los Europeos, intentemos entenderlo, siempre lo recibiremos con temor y respeto.
Así pues, empezaremos hablando del autor tras las historias, Ango Sakaguchi, escritor y ensayista japonés nacido en Niigata (1909-1955) fue miembro de la “generación de la decadencia” y formó parte de un movimiento literario muy centrado en el género fantástico, de misterio y terror, con tintes eróticos e inspiración de la bohemia francesa. Aunque en España hasta ahora poco se conocía a este autor y su obra, “En el bosque, bajo los cerezos en flor” es una historia muy conocida en Japón, donde fue llevada al cine en 1975 por Shinoda Masahiro y que tiene también una versión anime dentro de la serie Aoi Bungaku.
La tres historias que presenta el autor, están unidas por un hilo conductor femenino, una Femme Fatale con diferentes rostros y diferentes historias, pero todas misteriosas y inquietantes, tanto que hacen de su inocencia y su belleza algo oscuro y terrorífico.
En el primer relato, En el bosque bajo los cerezos en flor, nos encontramos ante un bandido que vive en las montañas y que en uno de sus ataques acaba prendado de los encantos de una bella mujer, a la que se lleva consigo para hacerla su esposa. Ella es bella, y terrorífica, y acabará manipulando al hombre a su antojo, viéndose sumido en las demandas grotescas de su bella mujer.
Es a raíz de este cuento, que la portada destaca con una espectacular ilustración de Takato Yamamoto, pues narra en imágenes la esencia de dicho cuento. El titulo de la recopilación también viene dado por este cuento, ya que, a diferencia de lo que muchos creemos, los cerezos en flor, aunque bellos cuando están llenos de gente que se ríe y disfruta bajo sus ramas, cuando están vacíos se transforman en un portal para aquello que no vemos y que reside mas allá de nuestro entendimiento.
Ese subconsciente terror que aflora cuando nos encontramos solos en casa, o cuando un ruido suena de imprevisto, es lo que los cerezos vacíos de sonidos y personas, representan.
El segundo relato, titulado La Princesa Yonaga y Mimio, nos ofrece una cara distinta de el terror, aquel bello y inalcanzable que solo se muestra cuando se consigue plasmar en una obra de arte.Y sobre arte es lo que trata este relato, sobre un joven escultor llamado Mimio, que es enviado a casa del señor Yonaga para esculpir un buda para el aniversario de su hija, la princesa. Ella, también muy bella, esconde otro secreto que solo los ojos sinceros de Mimio lograrán descifrar, sin embargo, una vez descubierta la verdadera cara de la princesa, el escultor ya no podrá olvidarla y le llevará a la locura.
Este relato, aunque menos grotesco y mas poético, se destaca por mostrar mas al personaje masculino y narrarnos como su mente se retuerce bajo la influencia que la imagen de la princesa ofrece en su mente, que no por los actos de la propia Femme Fatale.
Al ser el que menos elementos bellos tiene en su descripción, es el que pasa mas desapercibido, ya que el contraste entre los grotesco y la belleza se hace menos visual. Sin embargo sigue siendo terrorífico y cruel.
Finalmente nos encontramos ante el ultimo de los cuentos, El Gran Consejero Murasaki. Este relato es el que mas se distancia de los anteriores, ya que la Femme Fatal no lo es tal, o no conscientemente, son sus encantos y sus suspiros lo que atrae a los hombres, y pese a que ella no lo quiera, genera una onda de destrucción. El protagonista no es otro que el Consejero Murasaki, un hombre mayor, libidinoso y rico que se cree con el poder para hacer lo que le venga en gana. Un día, se encuentra con una doncella preciosa y esbelta, ser mágico de la mitología japonesa que no puede volver a su mundo porque a perdido algo en el de los humanos. El hombre decide retener a la joven contra su voluntad, y cae presa de su belleza en una espiral que le hará auto destruirse.
La magia de este cuento radica en que la bella mujer no sabe que ejerce tal control sobre el hombre solo con su presencia, o peor aun, solo con su recuerdo. Es la inocencia de la dama y el desasosiego en que el consejero queda sumido, lo que hace de este mi favorito.
Es el que menos escenas de gore tiene, y el que mas se recrea en la mitología japonesa, creando un ritmo ágil y místico que lo envuelve de principio a fin.
En definitiva, este libro es una obra de terror que mezcla lo onírico y el subconsciente del lector, y en el que aunque sus lineas estén llenas de crueles monstruos, humanos atroces y misterios sobrenaturales, nos atrapa y nos atrae hacia una espiral de destrucción llena de belleza y magia.
Con un lenguaje típico de los años 40, pero con una imaginación atemporal, Ango Sakaguchi se cuela en nuestro subconsciente y en nuestras librerías, dejándonos un resquicio de dudas y temor hacia todo aquello que es bello, ya que en toda belleza siempre hay algún monstruo esperando.