Tras un brillante primer número, Neil Gaiman continúa maravillandonos con la segunda entrega (de seis) de su nueva miniserie precuela del clásico de Vértigo ya bien conocido por todos: SANDMAN.
Con motivo del 25º aniversario de su obra (1988), el renombrado autor hizo regresar a Morfeo con la ayuda de los lápices de J. H. Williams III en una precuela de la obra original que tomaría el formato de una miniserie de seis números de 28 páginas a todo color.
ECC Ediciones ha traído en un idéntico formato de grapa la colección, garantizando el disfrute completo de la experiencia que es tener entre nuestras manos lo nuevo de Sueño: SANDMAN: Obertura (Sandman: Overture en USA).
Como ya pudimos ver en el primer número, la historia nos sitúa con Morfeo justo antes de los sucesos de "Preludios y Nocturnos" de Sandman #1, y por lo tanto antes de que el ocultista Roderick Burguess lo encarcelara por error al intentar apresar a su hermana Muerte. En su momento, el Eterno fue capturado para permanecer encerrado durante años. Y esto fue posible por que, según se comentaba en aquellas páginas, Morfeo estaba agotado tras viajar desde una galaxia muy lejana, de la que venía ataviado para la guerra.
Esta es esa historia.
Como ya pudimos ver en el primer número, la historia nos sitúa con Morfeo justo antes de los sucesos de "Preludios y Nocturnos" de Sandman #1, y por lo tanto antes de que el ocultista Roderick Burguess lo encarcelara por error al intentar apresar a su hermana Muerte. En su momento, el Eterno fue capturado para permanecer encerrado durante años. Y esto fue posible por que, según se comentaba en aquellas páginas, Morfeo estaba agotado tras viajar desde una galaxia muy lejana, de la que venía ataviado para la guerra.
Esta es esa historia.
De vuelta a 1915 encontramos con que Morfeo ha sido llamado a un lugar donde no solo ha llegado él, si no múltiples versiones de si mismo: variaciones de otras dimensiones que lo representan en un buen montón de matices, desde un superhéroe a una esfinge, un robot o un alienígena o una versión femenina...
Todo un derroche de habilidad por parte de nuestros autores de representar al rey del sueño de mil y una maneras posibles. Y nos vemos sorprendidos al ver su versión primigenia, pero eso lo dejamos para el lector.
Dicha reunión provocará que todas las versiones de nuestros protagonista hablen consigo mismo en un monólogo múltiple repleto de altivez que logra sacar de las casillas al eterno, incapaz de soportar su propia soberbia.
Aun así, a medida que dicha reunión va finalizando debido a la desaparición en volutas de humo del resto de sus versiones, las conclusiones sobre el motivo y la causa de dicha congregación va viéndose iluminada gracias a las respuestas de cada Morfeo.
Sin duda este suceso está estrechamente relacionado con la guerra de la que ha sido advertido, y pronto logra descubrir cual es el motivo.
Un error de Morfeo, un Vórtice que dio por solucionado pero dejo con vida, y que ahora amenaza a toda la creación con su existencia, pudiendo esto suponer el fin de todas las cosas.
Advertido de que el es causa y responsable de semejante embrollo, Morfeo decide marchar hacia el problema para salvar la existencia de dicho Vórtice. Y es en este punto en que Gaiman nos sorprende con un inesperado compañero para Morfeo, el cual muchos de los fans de su obra apreciaremos como es debido... Después de todo, ¿Quién no recuerda el Sueño de los Gatos?
De vuelta al presente, hayamos a un blanco Sandman en una historia de momento paralela, en el que va a visitar a Henrietta, más conocida como Hettie la loca, que guiará a nuestro protagonista hasta un extraño reloj dentro de su sueño... Y sin conocer las consecuencias de estos actos.
Toda una serie de acontecimientos relatados con espesos textos clásicos en la narrativa de Neil Gaiman, donde Morfeo recapacita una y otra vez sobre sus actos y consecuencias en enrevesados monólogos interiores dotados de una elocuencia que solo un eterno puede poseer y que nos traslada al Sandman clásico que recordamos.
Esto viene a su vez adornado por el impresionante arte del genio J.H. Williams III, que rellena las páginas de viñetas repletas de estilo de trazo fino y colores psicodélicos, una representación fiel de como sería el mundo del sueño donde podemos ver personajes blancos como la nieve o planos como el papel. Todo un desafío gráfico que pocos autores podrían superar.
Después de todo, ¿quién podría combinar tantos estilos diferentes en una misma viñeta sin que resultara un galimatías incomprensible?
Williams lo logra, y con ello traslada todo el caos implícito del reino del sueño que todos visitamos todas las noches a las páginas de esta obra maestra del cómic actual.
Todo un derroche de habilidad por parte de nuestros autores de representar al rey del sueño de mil y una maneras posibles. Y nos vemos sorprendidos al ver su versión primigenia, pero eso lo dejamos para el lector.
Dicha reunión provocará que todas las versiones de nuestros protagonista hablen consigo mismo en un monólogo múltiple repleto de altivez que logra sacar de las casillas al eterno, incapaz de soportar su propia soberbia.
Aun así, a medida que dicha reunión va finalizando debido a la desaparición en volutas de humo del resto de sus versiones, las conclusiones sobre el motivo y la causa de dicha congregación va viéndose iluminada gracias a las respuestas de cada Morfeo.
Sin duda este suceso está estrechamente relacionado con la guerra de la que ha sido advertido, y pronto logra descubrir cual es el motivo.
Un error de Morfeo, un Vórtice que dio por solucionado pero dejo con vida, y que ahora amenaza a toda la creación con su existencia, pudiendo esto suponer el fin de todas las cosas.
De vuelta al presente, hayamos a un blanco Sandman en una historia de momento paralela, en el que va a visitar a Henrietta, más conocida como Hettie la loca, que guiará a nuestro protagonista hasta un extraño reloj dentro de su sueño... Y sin conocer las consecuencias de estos actos.
Toda una serie de acontecimientos relatados con espesos textos clásicos en la narrativa de Neil Gaiman, donde Morfeo recapacita una y otra vez sobre sus actos y consecuencias en enrevesados monólogos interiores dotados de una elocuencia que solo un eterno puede poseer y que nos traslada al Sandman clásico que recordamos.
Esto viene a su vez adornado por el impresionante arte del genio J.H. Williams III, que rellena las páginas de viñetas repletas de estilo de trazo fino y colores psicodélicos, una representación fiel de como sería el mundo del sueño donde podemos ver personajes blancos como la nieve o planos como el papel. Todo un desafío gráfico que pocos autores podrían superar.
Después de todo, ¿quién podría combinar tantos estilos diferentes en una misma viñeta sin que resultara un galimatías incomprensible?
Williams lo logra, y con ello traslada todo el caos implícito del reino del sueño que todos visitamos todas las noches a las páginas de esta obra maestra del cómic actual.
La historia continúa con el Sandman auténtico que todos los fans adoramos, y que aquellos que aun no conocen deberían abrazar entre sus estanterías.