Yermo Ediciones presentaba el pasado mes de abril 2014 el cartoné de "Whaligoë", originalmente publicada por Casterman en Francia en dos volúmenes, y que ahora ellos publican en España en un solo recopilatorio de 96 páginas a todo color.
Con guiones de Yann y dibujo de Virginie Augustin, esta novela gráfica nos sumerge en un claro homenaje a la literatura británica del siglo XIX, traslandando la acción una pequeña aldea de la rústica escocia en 1815: la llamada Whaligoë.
Whaligoë se encuentra perdida en la nada. Un reducto de analfabetos cuya mayor preocupación son las peleas de gallos, donde pierden y ganan su dinero a todas horas.
Un pequeño pueblo donde la antigua cultura gaélica aun tiene lugar y sus jóvenes realizan rituales prohibidos en los campos de misteriosos Craighorns para atar sus almas por toda la eternidad.
Es a este pueblucho a donde sin quererlo van a parar en su calesa Sir Douglas Dogson, un escritor venido a menos con aire de Dandi británico, y su acompañante: su musa y amante Speranza. Viendose obligados a detenerse para que el carruaje reciba las atenciones merecidas, Sir Douglas y Speranza toman hospedaje en la posada del pueblo, donde podemos empezar a conocer mejor a nuestros personajes.
Un pequeño pueblo donde la antigua cultura gaélica aun tiene lugar y sus jóvenes realizan rituales prohibidos en los campos de misteriosos Craighorns para atar sus almas por toda la eternidad.
Es a este pueblucho a donde sin quererlo van a parar en su calesa Sir Douglas Dogson, un escritor venido a menos con aire de Dandi británico, y su acompañante: su musa y amante Speranza. Viendose obligados a detenerse para que el carruaje reciba las atenciones merecidas, Sir Douglas y Speranza toman hospedaje en la posada del pueblo, donde podemos empezar a conocer mejor a nuestros personajes.
Ser Douglas, tras un éxito fugaz, ha perdido la inspiración. Todo lo nuevo que escribe es basura e impropio, por lo que toda su gloria se ha esfumado dejando tras de sí solo a un orgulloso, egoísta y superfluo hombrecillo incapaz de realizar ningún acto loable
Inmerso en una espiral de decadencia en la que no funcionan ni su musa, ni el sexo, ni el ánimo, este despreciable ser humano debe hacer frente a las chanzas de la despota Speranza, adicta a la opulencia (entre otras cosas).
Decidido a acabar con su vida antes de que su cadáver sea demasiado insignificante, Sir Douglas se dispone a acabar con su misera existencia cuando ve un blanco espectro paseando por el cementerio al que da la ventana de su habitación.
Sir Douglas decide perseguirlo sin éxito, pero tal visión despierta en él una curiosidad que le devuelve las ganas de vivir.
Por su parte, al día siguiente Speranza realiza un enorme descubrimiento al enterarse que el famoso escritor anónimo Ellis Bell vive en este pueblo.
Movidos por la curiosidad de conocer al exitoso autor, la pareja termina metiéndose en juego de desafíos a muerte, traiciones, problemas de pueblucho y cultura gaélica que se escapara de sus manos con las misma gracia con que lo hizo el espectro.
Con este planteamiento Yann nos narra una historia que, de alguna manera, está dotada de ese ambiente rústico tan característico que parece rondar cada una de las viñetas de la obra. Como contraposición, encontramos como los diálogos de Sir Douglas y Speranza son unos juegos impensables de figuras retóricas que contrastan con la incultura del resto de personajes, siempre entre montones de exclamaciones británicas que adornan sus textos, en ocasiones hasta el hastío.
Con este tipo de diálogos nos es narrada una historia que parece desarrollar un misterio muy bien orquestado en un principio combinando la historia del espectro y de Ellis Bell, pero que poco a poco parece ir perdiendo fuelle conforme nos vamos acercando a su resolución.
Acompañando a estos guiones, el dibujo de Virginie Augustin cumple con su cometido sin grandes pretensiones, con un trazo de caracter caricaturesco que en ocasiones puede parecer poco cuidado y con cierta desgana.
Eso si, siempre acompañado de un coloreado precioso que rememora la magia de la verde y tupida escocia y sus costas repletas de magia gaélica, que tan bien acompañan a esta novela gráfica.
Inmerso en una espiral de decadencia en la que no funcionan ni su musa, ni el sexo, ni el ánimo, este despreciable ser humano debe hacer frente a las chanzas de la despota Speranza, adicta a la opulencia (entre otras cosas).
Decidido a acabar con su vida antes de que su cadáver sea demasiado insignificante, Sir Douglas se dispone a acabar con su misera existencia cuando ve un blanco espectro paseando por el cementerio al que da la ventana de su habitación.
Sir Douglas decide perseguirlo sin éxito, pero tal visión despierta en él una curiosidad que le devuelve las ganas de vivir.
Por su parte, al día siguiente Speranza realiza un enorme descubrimiento al enterarse que el famoso escritor anónimo Ellis Bell vive en este pueblo.
Movidos por la curiosidad de conocer al exitoso autor, la pareja termina metiéndose en juego de desafíos a muerte, traiciones, problemas de pueblucho y cultura gaélica que se escapara de sus manos con las misma gracia con que lo hizo el espectro.
Con este planteamiento Yann nos narra una historia que, de alguna manera, está dotada de ese ambiente rústico tan característico que parece rondar cada una de las viñetas de la obra. Como contraposición, encontramos como los diálogos de Sir Douglas y Speranza son unos juegos impensables de figuras retóricas que contrastan con la incultura del resto de personajes, siempre entre montones de exclamaciones británicas que adornan sus textos, en ocasiones hasta el hastío.
Con este tipo de diálogos nos es narrada una historia que parece desarrollar un misterio muy bien orquestado en un principio combinando la historia del espectro y de Ellis Bell, pero que poco a poco parece ir perdiendo fuelle conforme nos vamos acercando a su resolución.
Acompañando a estos guiones, el dibujo de Virginie Augustin cumple con su cometido sin grandes pretensiones, con un trazo de caracter caricaturesco que en ocasiones puede parecer poco cuidado y con cierta desgana.
Eso si, siempre acompañado de un coloreado precioso que rememora la magia de la verde y tupida escocia y sus costas repletas de magia gaélica, que tan bien acompañan a esta novela gráfica.