Seguimos con nuestras reviews diarias y hoy llegamos con dos nuevos tomos gracias a Distrito Manga, se trata de los números 7 y 8 de la serie Wind Breaker, una obra de Satoru Nii que ya cuenta con 17 tomos en el mercado japonés y una estupenda adaptación anime en la pequeña pantalla.
Una vez más, nos encontramos con dos tomos en rústica con sobrecubiertas extraíbles y un tamaño de 130mm x 180mm. En el interior de cada tomo encontraremos una media de 192 páginas en blanco y negro con posibilidad de comprarlo en Castellano o en Catalán. Para aquellos que se quieran hacer con esta serie, la tienen a la venta por 9.95€ el tomo, disponibles en librerías especializadas, tiendas de cómics y a través de la web de la editorial.
Haruka Sakura se ha ganado la confianza de sus compañeros de clase no sabe muy bien como, ascendiéndole a capitán de curso y, por lo tanto, siendo el responsable de la clase. Sin embargo, sin tiempo para poder asentarse, se encuentra con que uno de sus compañeros de clase se encuentra en peligro y su amiga de la infancia le pide ayuda, así que hace lo que mejor se le da, ir a buscar pelea.
Sakura y los de primer año deben entrar en la fortaleza de la violenta y temida banda KEEL donde irán a rescatar a su compañero de clase, y de paso, donde recibirán una sonora paliza. Por suerte para ellos la aparición de Kaji y sus compañeros de segundo les ayudará en el enfrentamiento final, revelando que quizás Sakura haya empezado a cambiar, gracias al hecho de experimentar por primera vez el tener amigos.
Sin embargo, el problema está en que Sakura es muy cerrado, tanto para las amistades como para delegar cosas a otros. Siempre lo ha hecho todo el mismo y será el propio Kaji, quien acudió a su ayuda contra los KEEL quien le demostrará que es normal sentirse rechazado, pero que no es algo que solamente le pase a él.
Tras todo este apabullante desarrollo sentimental de nuestro protagonista, aparecerá otro de los reyes celestiales, Tsubakino, quien a su vez le dará otra lección a Sakura que no podrá olvidar.
Con estos dos tomos de Wind Breaker encontramos un poco de todo. Al inicio, una buena batalla de las que nos gustan, con golpes, con rabia y despecho y con nuestros héroes pasando el test del más apto. Y para contrarrestar tanto mamporro, llega un tomo y medio de entendimiento humano, de superación de miedos y de autoaceptación.
La verdad es que nos está sorprendiendo como un manga que podría ser un simple shonen, aborda temas mucho más delicados, como la aceptación de uno mismo, el compañerismo y el concepto de delegar dentro de un ambiente de superación del más apto. Vamos, una joya argumental.
En cuanto al apartado artístico, se nota que poco a poco, conforme el protagonista se acomoda a su nuevo ambiente, las escenas son menos duras, hay más sonrisas y el ambiente en general es menos hostil. Como no, siguen habiendo tortas como panes, pero no vienen acompañadas de sentimientos negativos, sino de la lucha por la protección y el compañerismo.
Así, con estos dos tomos podríamos decir que termina el primer arco de integración del personaje principal, ahora que el resultado ha sido el esperado, solo nos queda seguir viendo su desarrollo y evolución dentro de un ambiente de aceptación y bueno, peleas adolescentes.