ECC Ediciones ha puesto en boca de todos a Brian Azzarello con su edición de 100 balas (próximamente en Akiba), y junto a esta obra nos ha traido mucho más material del mismo autor. Entre ellos, está el team-up Batman: Fuego Cruzado, que supuso la primera colaboración entre Azzarello y Lee Bermejo (Batman: Noel).
Esta nueva edición recopila la miniserie de 3 números Batman / Deathblow: After the Fire en un cartoné de 168 páginas que incluye, además, bocetos y más material de Lee Bermejo.
Como ya comentábamos, Batman: Fuego Cruzado es un team-up con Deathblow, quién curiosamente ha desaparecido del título de esta edición. Para quienes no sepáis de quién hablamos, Deathblow era un personaje del imaginario de Wildstorm (Image), universo independiente en los noventa que termino siendo absorvido por DC.
Deathblow es por lo tanto mucho menos conocido que Batman (no le ampara su larga carrera), pero si tuviéramos que definirlo, se trataría de un soldado puro, alguien que obedece órdenes tras el otro lado del arma. Algo muy diferente de nuestro encapuchado de Gotham, y por lo tanto una buena mezcla de la que sacar una excelente novela gráfica.
Pongámonos en materia: Deathblow - Michael Cray - es un agente del gobierno que investiga una célula terrorista en Gotham encabezada por Halcón. Una misión que le llevará de cabeza a una trama de agentes dobles y asuntos internos enrevesados, una red de mentiras que diez años después terminará reviviendo en la ciudad de Bruce Wayne, haciendo que el hombre murciélago tome el relevo del agente Deathblow, llevándole a enfrentarse al piroquinético que enfrento a Cray en el pasado.
Con esta trama, Azzarello nos muestra su maestría en un volúmen repleto de giros argumentales y misterios siempre en un ambiente de thriller y suspense que encaja perfectamente con el Mejor Detective del Mundo, algo que sería imposible sin su notoria habilidad narrativa para este tipo de historias.
Y es que en Fuego Cruzado nos encontramos con una primicia que difiere del resto de team-up / crossover al que estamos acostumbrados, rompiendo el esquema habitual que suele regir los mismos. A saber: los dos héroes terminan coincidiendo en un mismo caso, se enfrentan por un malentendido y finalmente colaboran para solucionarlo.
Un organigrama muy trillado al que Azarello se niega con esta obra, situando la historia de Deathblow diez años antes, y desarrollándose paralelamente a la investigación de Batman en la posterior década; un despliegue de imaginativa dignos de un guión de película. Algo que rompe con todo lo visto anteriormente y que, el lector habitual, agradece sobremanera.
La unión de estos dos personajes no es simplemente fortuita, y Azarello enfoca un mismo origen para este team-up con la aparición del personaje de OI Scott, quién ya trabajara con Deathblow anteriormente y que conoce diez años más tarde al adinerado Wayne, valiéndose este último de sus contactos en las altas esferas.
Así pues, este team-up se presenta fuera de las forzadas relaciones a las que, una vez más, nos tienen acostumbrados este tipo de obras.
No solo eso, Azarello caracteriza perfectamente a ambos personajes, dejando que veamos claramente la diferencia entre sus carácteres y mostrando un Caballero Oscuro muy identificativo que agradeceríamos ver presente en muchas de sus aventuras.
Así, Brian Azarello nos trae un thriller oscuro que refleja la sub-Gotham más tenebrosa, donde la mafia impera en China Town y que, a pesar de todo, se relaciona directamente con las altas esferas en una telaraña de conflictos internos capaz de arrastrar a toda la nación.
Sin embargo, lo que hace una joya de este team-up no es solo la participación del brillante guión de Brian Azarello, ya que el magnífico ambiente en el que nos sumerje sería probablemente imposible de alcanzar a semejante nivel si no fuera por los maravillosos lápices de Lee Bermejo.
Bermejo aporta a esta novela gráfica la oscuridad necesaria para que semejante historia nos muestre los sucesos de la narrativa de Azarello en unas condiciones más que adecuadas.
Su trazo fino y detallado, acompañado de los ángulos fuertes y consistentes dotan a Fuego Cruzado de la fuerza necesaria para que notemos la tensión de cada escena y cada momento como si la estuviéramos viendo en imagen real.
Y es que Bermejo nos trae algunas de las escenas más exquisitas que hemos podido ver, todo esto acentuado con ese tono asepiado característicos de los thriller que aporta el color a mano de Grant Goleash, completado para esta edición por el español José Villarubia.
Además, en esta edición podemos encontrar como cierre del volúmen, una serie de muestras del arte original y proceso creativo de Lee Bermejo, que harán que nuestra apreciación aun incremente más por el estupendo team-up que tenemos entre manos.
Con esta trama, Azzarello nos muestra su maestría en un volúmen repleto de giros argumentales y misterios siempre en un ambiente de thriller y suspense que encaja perfectamente con el Mejor Detective del Mundo, algo que sería imposible sin su notoria habilidad narrativa para este tipo de historias.
Y es que en Fuego Cruzado nos encontramos con una primicia que difiere del resto de team-up / crossover al que estamos acostumbrados, rompiendo el esquema habitual que suele regir los mismos. A saber: los dos héroes terminan coincidiendo en un mismo caso, se enfrentan por un malentendido y finalmente colaboran para solucionarlo.
Un organigrama muy trillado al que Azarello se niega con esta obra, situando la historia de Deathblow diez años antes, y desarrollándose paralelamente a la investigación de Batman en la posterior década; un despliegue de imaginativa dignos de un guión de película. Algo que rompe con todo lo visto anteriormente y que, el lector habitual, agradece sobremanera.
La unión de estos dos personajes no es simplemente fortuita, y Azarello enfoca un mismo origen para este team-up con la aparición del personaje de OI Scott, quién ya trabajara con Deathblow anteriormente y que conoce diez años más tarde al adinerado Wayne, valiéndose este último de sus contactos en las altas esferas.
Así pues, este team-up se presenta fuera de las forzadas relaciones a las que, una vez más, nos tienen acostumbrados este tipo de obras.
No solo eso, Azarello caracteriza perfectamente a ambos personajes, dejando que veamos claramente la diferencia entre sus carácteres y mostrando un Caballero Oscuro muy identificativo que agradeceríamos ver presente en muchas de sus aventuras.
Así, Brian Azarello nos trae un thriller oscuro que refleja la sub-Gotham más tenebrosa, donde la mafia impera en China Town y que, a pesar de todo, se relaciona directamente con las altas esferas en una telaraña de conflictos internos capaz de arrastrar a toda la nación.
Sin embargo, lo que hace una joya de este team-up no es solo la participación del brillante guión de Brian Azarello, ya que el magnífico ambiente en el que nos sumerje sería probablemente imposible de alcanzar a semejante nivel si no fuera por los maravillosos lápices de Lee Bermejo.
Bermejo aporta a esta novela gráfica la oscuridad necesaria para que semejante historia nos muestre los sucesos de la narrativa de Azarello en unas condiciones más que adecuadas.
Su trazo fino y detallado, acompañado de los ángulos fuertes y consistentes dotan a Fuego Cruzado de la fuerza necesaria para que notemos la tensión de cada escena y cada momento como si la estuviéramos viendo en imagen real.
Y es que Bermejo nos trae algunas de las escenas más exquisitas que hemos podido ver, todo esto acentuado con ese tono asepiado característicos de los thriller que aporta el color a mano de Grant Goleash, completado para esta edición por el español José Villarubia.
Además, en esta edición podemos encontrar como cierre del volúmen, una serie de muestras del arte original y proceso creativo de Lee Bermejo, que harán que nuestra apreciación aun incremente más por el estupendo team-up que tenemos entre manos.