Cine: review de Jack Ryan, Operación Sombra.

Jack Ryan es un personaje creado por Tom Clancy que aparece en la mayoria de las novelas de este escritor estadounidense. Tom Clancy, conocido como Thomas Leo Clancy Jr., falleció el pásado 1 de octubre y era conocido por sus libros con contexto de Inteligencia Militar ( Principalmente el Ryanverse) así como por su colaboración en varios juegos de la compañia Ubisoft como la saga Splinter Cell o el prócimo gran lanzamiento de la compañia: The Division.

Por otro lado Jack Ryan, de origen irlandés-estadounidense, es todo un héroe de acción: llegando a recibir una orden de caballería honoraria de manos de Isabel II o incluso a convertirse en el 45º presidente de los Estados Unidos. Le hemos visto protagonizar cuatro películas: La Caza del Octubre Rojo, encarnado por Alec Baldwin; en Juego de Patriotas y Peligro inminente, encarnado esta vez por Harrison Ford; y en Pánico Nuclear siendo Ben Affleck quien le puso rostro .

Pero el Jack Ryan de esta película es un punto y aparte, pues no solo “reinicia” la saga, sino que nos encontramos con una película cuya historia no está ni siquiera inspirada en una de las novelas de Clancy, se trata de una historia original.

Jack Ryan: Operación Sombra se sitúa después de los eventos del 11 de Septiembre (si amigos, aun no lo han superado), Jack Ryan (interpretado por Chris Pine) es un estudiante en las Facultad de Económica de Londres pero decide alistarse en el ejército hasta acabar como subteniente de los Marines en Afganistán. Allí es herido gravemente cuando su helicóptero es abatido, pero se las ingenia para sacar de los restos del helicóptero a sus dos subalternos, de lo que no sabremos nada más nunca así que podría haberlos dejado morir la verdad. Durante su larga rehabilitación llama la atención de la Dra. Cathy Muller (Keira Knightley), su futura esposa… la cual tomara un papel con más protagonismo que en su versión literaria, y de Thomas Harper (Kevin Costner)  un oficial de la CIA impresionado por la habilidad de Ryan de reconocer patrones complejos, vamos que es un cerebrito, que decide reclutarle cómo agente de la CIA a condición de que este termine sus estudios en Londres.

 Diez años más tarde, Ryan trabaja en Wall Street como parte de su cobertura para la CIA, siendo un agente encargado de buscar y encontrar transacciones financieras sospechosas que puedan indicar actividad terrorista. Cuando la Federación Rusa (volvemos a los villanos clásicos, para que complicarnos) pierde una votación clave en las Naciones Unidas, Ryan descubre que el mercado no responde como debería y pronto encuentra que trillones de dólares en manos de empresas Rusas han “desaparecido del radar”. Con tanto dinero retenido, un simple golpe de mano bastaría para hundir la economía de los Estados Unidos. 

Todos esos fondos están controlados por Viktor Cheverin (Kenneth Branagh, que también dirige esta película), un veterano de la invasión soviética de Afganistán. Cheverin, así como un grupo de políticos Rusos de gran importancia, que aun resentidos por la interferencia estadounidense en la invasión ahora buscan venganza.

Por suerte para Ryan y los Estados Unidos de América la empresa donde trabaja nuestro héroe tiene negocios con Cheverin, lo que permite que Ryan tenga una excusa para viajar a Moscú como auditor en busca de respuestas, y una vez allí todo se complica. Jack tendrá que enfrentarse a Cheverin y su organización para detener una conspiración que podría hundir a América en su segunda Gran Depresión, y para ello contara con la ayuda de Harper, de su propia esposa y de varios agentes de la CIA que están para que los villanos tengan alguien a quien matar.

La verdad es que la película empieza floja, contándonos el trasfondo del personaje en aproximadamente media hora de película en la que ocurre poca cosa… Aunque aquellos como yo, que no conozcan al personaje, agradecerán esto y puede que no se les haga tan lenta como realmente es. Aun así, asumo que aquellos que ya conocen los libros la encontraran increíblemente pesada.

Pero pasada esta primera media hora nos encontramos ya con una película de acción en toda regla… pues en el momento en que nuestro héroe llega a Moscú comienzan las conspiraciones, el suspense y la acción.  

La verdad es que la acción es el punto fuerte en esta película, porque lo que es la parte de conspiraciones y tramas sorpresa es bastante descafeinada… no esperéis falsos culpables ni agentes dobles:  Es decir que no veréis nada de amigos que traicionan al héroe porque estaban en el otro bando desde el principio… pero que en realidad han hecho creernos que lo traicionaban porque la verdad es que son agentes dobles y están manteniendo una fachada que romperán para salvar al protagonista… ¡ para después traicionarles porque siempre estuvieron en la plantilla del enemigo!

Aunque si bien es cierto que el guion nos presenta alguna sorpresa, no suponen más que detalles y nunca un verdadero giro de la trama. Aquí no nos complicamos: los buenos son buenos, y muy americanos.Y si eres ruso eres malo, pero más malo que pegarle a una abuelita. Esto es así.

En resumen, Jack Ryan: Operación Sombra es una película de acción con cierto suspense y algunas escenas especialmente entretenidas y espectaculares que si bien no es el estreno más espectacular del año, es adecuada para verla una tarde que no tengamos nada mejor que hacer.